Está claro que a partir de cierta edad la piel cambia, pero está demostrado que un buen cuidado durante las etapas tempranas es clave para llegar a los 60 años con un rostro lleno de energía. Lo importante es llevar esos años con elegancia, naturalidad y optimismo.
Día a día cuando te miras al espejo probablemente quisieras tener una varita mágica y cambiar algo de tu rostro y de tu cuerpo que no te gusta. “Ser más delgada”, o “Ser más alta”, “No tener piel de durazno”, “Qué las manchas en tu rostro desaparecieran”, “Estirarte la piel y verte sin arrugas” y así sucesivamente muchas más cosas que según tú te hacen ver fea.
Tu piel cuenta una increíble historia
Tu rostro es el espejo del alma, tu piel parte de la esencia de la mujer que eres, de su memoria. Cada arruga, cada signo de la edad cuenta una historia que te define y te hace única.
Además de los estereotipos que te invaden desde las pantallas de la televisión, publicidad, revistas y en los espectaculares de la calle; la imagen idealizada de una mujer perfecta e impecable todo el tiempo… deja de preocuparte y de querer cambiarte, el poder lo tienes tú y ningún producto de belleza es mágico.
Se vale y denota amor propio cuidarse, sobre todo se vale hacerlo de una forma sana y siempre procurando tu bienestar. La belleza en 30 segundos no existe, de la noche a la mañana esa arruga o esa mancha en tu piel no van a desaparecer; requiere de constancia y disciplina prevenir o alargar el tiempo de aparición de ciertos signos de la edad, pero sobre todo requiere de autoestima y aceptación, para aceptar que no eres y no serás perfecta, de hecho nadie lo es… pero sin duda alguna ¡Eres hermosa!, quiérete, amate, acéptate, y no hay mejor muestra de amor hacia ti misma que cuidar de ti, consentirte, alimentarte bien, beber agua, nutrir tu piel con mascarillas y cremas, para darle ese brillo extra, ese destello.
APRENDE HACER TU MEJOR ALIADA