No esperes a que te lleguen las líneas de expresión, las manchas o se deteriore tu piel para iniciar tus cuidados.
Que nunca te falte, mínimo dos veces al día, tu limpieza facial: Limpiar, lavar y tonificar.
Hidrata tu cuerpo y que tu dieta sea balanceada y sin excesos, que nunca te falte el protector solar y el ejercicio es fundamental, lo mismo que mínimo de 7 a 8 horas de sueño.
Debes tener en cuenta:
No te toques la cara innecesariamente.
No frotes los ojos, ni siquiera con las manos limpias, puedes lesionar la piel de los párpados.
Cambia la funda de almohada mínimo 1 vez a la semana y si tu piel del rostro es grasa, cámbiala 2 veces a la semana.
Cuando laves tu rostro no frotes tu piel con toalla, sécala con pequeños golpes suaves.
Limpia constantemente tu teléfono, éste conserva muchas bacterias.
Cuando te hagas una limpieza facial, que sea un profesional, no dejes que te maltraten tu rostro.
Si estás expuesta al sol, no dejes que tu piel se queme, protégela de las quemaduras del sol.
Si te maquillas hazlo con productos de calidad, evita los productos cosméticos grasosos y no satures la piel con el maquillaje, déjala respirar. Las bases faciales, los polvos y el rubor deben tener factor de protección.
Deja a un lado los malos hábitos: el cigarrillo, las bebidas alcohólicas, los excesos de cafeína, grasas, dulces y todo aquello que pueda afectar tu piel.
Aprende a querer el tono de tu piel y tus facciones, no te compares con nadie; tú eres única.
Lava los pinceles, brochas y espumas de tu maquillaje cada ocho días y trata de no compartirlos con otras personas, ellos son únicamente para tu piel.
El ejercicio físico, o la práctica de un deporte, es lo mejor para tu piel y tu organismo.
Sonríe y trata de ser feliz, es el mejor medicamento para tu rostro.
Dales uso a tus cosméticos, no dejes que estos estén por años; cosméticos viejos no le convienen a tu piel.
Los productos para el cuidado de tu rostro que sean de acuerdo a tu edad o tipo de piel, no seas obsesiva.
Si eres de piel seca, debes aplicarte una crema hidratante.
Después de los 35 años ya debes cambiar y añadirle a tu piel una buena crema nutritiva.
Después de los 40 o 45 debes aplicarte productos que te ayuden con tus líneas de expresión.
Ten en cuenta que siempre te debes aplicar en el cuello los mismos productos que te aplicas en el rostro.
Si te exfolias la piel, que sea con el exfoliante indicado y de acuerdo al tipo de piel.
No te moleste el rostro si te salen granitos, no sólo te puedes manchar la piel, sino que te puede quedar la cicatriz.
Y SIEMPRE RECUERDA QUE TU ROSTRO ES TU CARTA DE PRESENTACIÓN
Tomar la decisión de mantener tu piel joven durante el mayor tiempo posible significa que debes hacer una revisión completa de tus hábitos y estilo de vida. No existe una píldora mágica que borre años de privación de sueño, estrés, humo de tabaco y comida poco saludable para tu rostro. No existe una crema milagrosa que «devuelva» la piel, adelgazada por la luz ultravioleta y traumatizada por un exfoliante duro. Cuidar de sí misma no será una carga si se convierte en una parte natural de su vida diaria.
Ama tu cuerpo y tu rostro, cuídate e ilumina el mundo con tu sonrisa