Es muy importante para algunas personas broncearse la piel durante las vacaciones y esto los vuelve una rutina de todos los días mientras disfrutan de estos días de piscina, campo o mar. Pero lo que no dimensionan es el daño que el sol puede causar en la salud de la piel.
¿CÓMO BRONCEAR LA PIEL?
Ten en cuenta que tipo y color de piel tienes. Una piel blanca por lo general no se broncea ya que la piel se torna roja y una piel morena o negra se mancha muy fácilmente.
Nunca te estés al sol en las horas del mediodía: final de la mañana o inicio de la tarde, son las horas donde el sol llega directamente y es más peligroso para nuestra piel. Más bien durante este tiempo haz otras actividades bajo techo.
Te debes exponer al sol durante sesiones cortas, de 10 a 20 minutos boca arriba y otro tanto boca abajo.
A continuación, puedes estar un rato a la sombra y evita la exposición directa al sol.
De esta manera tu piel se acostumbra al sol y te vas bronceando de manera progresiva y sin quemarte.
Hay un mito que dice: si el factor de protección es muy alto, no te pones morena. Es totalmente falso; siempre te debes proteger permanentemente. Elige un protector solar acorde a tu tono de piel y a tus necesidades.
El protector solar evita que te quemes la piel y así tener un bronceado más bonito y natural. En el mercado hay muchas cremas protectoras, las hay para todas las piel y gusto.
La piel del rostro es más sensible que el resto del cuerpo, para ella debe de aplicarte un protector solar con el factor de protección más alto. Ten en cuenta que no todos los protectores solares son para el rostro y el cuerpo.
¿CÓMO APLICARTE EL PROTECTOR SOLAR?
Aplícatelo cada 2 horas.
Después de bañarte o salir del agua.
O si estas sudando mucho, te lo debes aplicar más frecuente.
Y cuando sales del agua o mojas el cuerpo, sécate bien y luego te aplicas el protector.
Siempre lee las recomendaciones de la etiqueta del producto.
EXFOLIAR E HIDRATAR TU PIEL
Para conseguir una piel bronceada comienza semanas antes de la primera exposición solar. Hay que exfoliar previamente la piel. Eso te garantiza un bronceado más uniforme y duradero.
Al eliminar las células muertas, se evitan los diferentes tonos entre las distintas zonas del cuerpo y del rostro. Así, los rayos solares inciden con la misma intensidad en todas las áreas.
Si antes de la exposición solar debemos exfoliarnos, cada noche después de pasar el día en la playa o en la piscina, también es muy importante hidratar la piel. El sol, la sal marina o el cloro son agentes que resecan excesivamente la piel.
Hay que aplicar una buena crema hidratante. Es un paso imprescindible si queremos mantener la belleza y la salud de nuestra piel bronceada.
METERSE EN EL AGUA
En los meses de verano, el agua es tu gran aliada, tanto por dentro como por fuera.
Toma suficiente agua para mantenerte bien hidratada.
Darte un chapuzón cada cierto tiempo puede ser muy beneficioso para tu piel bronceada.
Así tu temperatura corporal descenderá y con ésta la sensación de calor agobiante. ¡No te olvides de volver a aplicar tu crema solar después de salir! Y recuerda siempre aplicarte un protector solar resistente al agua.
Evita los cítricos mientras estás tomando el sol, ellos te pueden manchas la piel o quemarte las manos.
CUIDADO CON LAS ZONAS OLVIDADAS
No debemos olvidarnos de ciertas zonas que a menudo dejamos sin protección por olvido o simplemente porque no las tenemos en cuenta.
Los Ojos: Son la parte más sensible del rostro. Aunque evidentemente no vamos a aplicarles crema, es importante que los protejas bien. Asegúrate de tener siempre a mano tus lentes de sol, ¡y que sean garantizados! También puedes llevar un sombrero para que el sol no te dé directamente en los ojos.
Los labios: No solemos tenerlos en cuenta, y también necesitan protección solar. Acostúmbrate a usar un labial con SPF.
La zona del bigote es una de las zonas olvidadas, así como las orejas o el área del nacimiento del cabello. Es muy importante que nos apliquemos siempre protector solar en estas zonas. Presta atención especial sobre todo si tomas anticonceptivos. Son fármacos fotosensibles y es muy común que aparezcan manchas solares.
UNA ALIMENTACIÓN SANA
Una alimentación correcta es un elemento muy importante a la hora de lograr un bronceado perfecto, ya que, si incorporamos a nuestra dieta alimentos que favorecen la producción de melanina, nos bronceamos más fácilmente y de manera más progresiva.
Betacaroteno y zinc: El betacaroteno se encuentra en todas las frutas y verduras anaranjadas: zanahorias, auyama, melocotón, mango maduro y durazno.
Su principal característica es su capacidad para favorecer la producción de melanina. También tiene una función antioxidante y de lucha frente a los radicales libres. El zinc, por su parte, protege contra las quemaduras solares.
Vitamina C: Presente también en frutos rojos o en los vegetales como el pimentón o el tomate, nos ayudan a luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel.
Vitamina E: la encontramos en los frutos secos tales como nueces, almendras o avellanas y en cereales y legumbres, es la principal encargada de reparar las lesiones de la dermis producida por el sol.
CUIDA TU PIEL Y EVITA MANCHAS Y ENVEJECIMIENTO PREMATURO.