La piel del cuello y el escote se deben cuidar al igual que la piel del rostro, incluso requieren de más cuidados ya que esta piel es más frágil que la del rostro y resto del cuerpo.
Por lo general el cuello y el escote son olvidados y poco se cuidan como realmente se debe hacer; esta piel como la de las manos es donde más se refleja la edad de las personas.
Esta área se deteriora por factores genéticos, pero también por el paso del tiempo, provocando que una mujer aparente más edad. Se deben cuidar muy bien por ser una piel más fina y sensible.
El cuello carece de soporte óseo y esto la hace más vulnerable a las arrugas. La ausencia de fibras de colágeno, hace que la piel pierda elasticidad y se deshidrate con mayor facilidad. Esta zona también puede ser muy irritable y sensible y hay perfumes, colonias y algunos productos que la pueden irritar por sus componentes químicos y hacer esta zona más frágil de los normal.
Para retrasar la salida de los anillos de venus (arrugas horizontales y verticales que se generan por las posturas al dormir y por la flacidez en el cuello), debemos tener los mismos cuidados que tenemos con la piel del rostro y aplicarnos los mismos productos y proteger estas zonas con mucho bloqueador.
El bloqueador es fundamental, ya que esta zona es muy sensible y puede provocar la aparición de manchas y el exceso de sol puede adelgazar más la piel.
El agua fría después de unos masajes con una esponja suave en esta zona te puede ayudar mucho a tonificar tu cuello y escote.
Pronunciar todas las vocales abriendo la boca lo más que puedas y sacar la lengua y tratar de toca la punta de la nariz te tonifican tu cuello.
Cuando te hagas mascarilla en la piel, aplícala también en esta zona.
Mantener una buena postura es muy importante. La columna siempre debe de estar recta, pues mirando siempre para el piso los anillos de venus saldrán más temprano que tarde.
¿CÓMO CUIDAR LA BELLEZA DEL ESCOTE?
Utilizar protector solar todos los días.
Evitar el consumo de cigarrillo.
Mantener una alimentación sana y balanceada.
Limitar la ingesta de bebidas alcohólicas.
Hacer ejercicio regular.
Consumir abundante agua.